domingo, 2 de agosto de 2009

¿Me quieren tomar los pelos?

Hace ya unos meses que busco piso en Madrid y alucino en colores. Por el precio que puedo pagar encuentro bonitos zulos abuhardillados en los que tomar el té con una viga por acompañante, inodoros muy monos en los que cualquiera tendría que poner los pies en el plato de la ducha para realizar las actividades propias del lugar y cocinas de los años sesenta con azulejos la mar de divertidos y bastante estresantes. No tengo palabras para los que se alquilan amueblados. Esas colchas de raso con estampados de flores rosas y azules sobre dos camas individuales de ochenta con una mesilla en el centro con lamparita a juego y un cuadro de la virgen y su hijo, sofás de sky revenío...me voy a deprimir si sigo mirando idealista y fotocasa. Además soy masoca, porque después de mirar los pisos a los que tengo acceso, empiezo a mirar lo que me gustaría tener y me pregunto a qué se dedica la gente que puede pagar seis mil euros al mes de alquiler. Probablemente uno de ellos sea mi jefe, traficantes, algún político y ladrones/ empresarios de altos vuelos.
Tengo claro que debo pedir un aumento de sueldo o cambiar de trabajo.
Hoy, al acostarme, volveré a hacerme la misma pregunta:
¿Por qué no me hice futbolista?

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